ANGEL MAHLER Y LA ORQUESTA B.A POPS

“Una noche… de Antología!. Un Concierto… de Película!”

Néstor De Giobbi

En la noche del viernes 31, el Teatro Ópera fue el testigo y anfitrión de un concierto, calificable solo como Brillante.

Angel Mahler, (el creador de los musicales más memorables de nuestro país, en compañía de otro grande, Pepe Cibrián Campoy), deslumbró junto a sus hijos Damián en piano y Dirección Adjunta, y Emanuel, en guitarra eléctrica), y una orquesta de más de cincuenta músicos formada y dirigida por él, para invitar a un recorrido de ensoñación.

La función se inició con una cabalgata vibrante por los temas más reconocibles de grandes películas, como “The Avengers”, “El Padrino” (en los diferentes capítulos de la saga), “Jurassic Park”, “Indiana Jonnes”, “Liberen a Willy”, “Harry Potter”, “El Señor de los Anillos”, “Piratas del Caribe”, “Star Wars” o “Gladiador”.,

Un capítulo aparte merece el alto momento de emoción a flor de piel, alcanzado con las interpretaciones de temas inolvidables como el de “La Lista de Schindler”, o “Cinema Paradiso”, de Ennio Morricone, con el lucimiento particular del violín de Demir Lulja, y el propio Mahler al piano, dejando la dirección a cargo de su hijo Damián..

Más entrada la noche, sorprendió la irrupción de un notable conjunto de tambores japoneses (“Taiko Nikyokan”, con la dirección de Gastón San Cristóbal), que luego de presentarse con un rítmico tema tradicional se sumó a la orquesta para interpretar la música de la película “El último Emperador”.

Florencia Otero y Germán Trippel abrieron el capítulo de los artistas invitados, en el que sorprendió la joven Agustina Ferrucchio, quien con sus diecisiete años puso de pie a la platea.

El programa continuó con un nutrido repaso de los musicales de autoría de Mahler, para el que se sumó la presencia del Coro de Morón, con más de sesenta voces y la dirección de Guillermo Tesone, acompañados a su turno por algunos de los protagonistas históricos de “El jorobado de París”, “Las Mil y una noches”, “Dorian Grey”…), para llegar al broche de oro esperado por todos, con el inmortal “Drácula” y su “alter ego”, el enorme Juan Rodo.

El bis inevitable mostró una versión remixada del vals del entrañable vampiro, fusionada con el final de aquella obra, ya constituida en hito de nuestros escenarios.

Con la promesa de un pronto regreso, Ángel Mahler y la Orquesta B.A. Pops (como sucedánea local de la “Boston Pops” de Henry Lee Higginson, que debutara en 1885 con el mismo propósito, de acercar al gran público piezas más “ligeras”) dejó a su auditorio con “ganas de más”…

Cuando se produzca esa otra noche mágica,… será para estar ahí…!

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