El Cultural San Martín presentó la programación de esta temporada. El diseño de este año está pensado en dos ejes: por un lado, aquella eminentemente artística, y por el otro, propondrá una serie de encuentros en los que se reflexionará acerca de nuestra historia como país, dado que el año próximo se conmemorarán 40 años de vida en democracia en la Argentina.
Un poco de historia: El Centro Cultural San Martín funcionaba en 1983 funcionaba como centro de cómputos de las elecciones presidenciales. Más tarde fue designado lugar donde trabajó la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep). En 1996, se reunió allí la Convención Constituyente, y un año después funcionó la primera sede de la Legislatura porteña.
Actualmente, El Cultural San Martín, intenta posicionarse como un lugar de innovación y experimentación artística, apostado a un lenguaje contemporáneo.
Entre las producciones locales que ocuparán los diversos espacios del centro cultural, la programación abarca teatro, danza y performances. Se mantiene también el reconocido ciclo Invocaciones, que coordinan Mercedes Halfon y Carolina Martín Ferro. Este año la directora Laura Paredes desarrollará un proyecto a partir de Federico García Lorca denominado, Lorca, el teatro bajo la arena.
En artes escénicas las propuestas son variadas y en algunos casos se concretan con la participación de artistas del exterior, como es el caso de Pecados capitales, de la creadora uruguaya Marianela Morena. A esa propuesta se sumará la ópera Les Illuminations, dirigida por el chileno Andrés Medus. También el director argentino, residente en Madrid, Matías Umpierrez, presentará Temporada fluorescente, un proyecto curado por el grupo Piel de Lava.
El teatro musical también tendrá su espacio en la programación prevista para 2022. Para toda la familia se ofrecerá El parador de Valeria II, basado en textos de Paula Schapiro, con dirección de Iara Grom y dirección musical del gran Carlos Gianni. Por su parte, también se estrenará Eternidades, té póstumo en hall de cine, un proyecto postergado por la pandemia, con idea y dirección de Pablo Gorlero, que busca rescatar a personalidades como Libertad Lamarque, Tita Merello, Zully Moreno y Fanny Navarro. El libro y las letras son de Luis Longhi, la música de Juan Ignacio López y las actuaciones de Agustina D’Angelo, Sofía Almuina, Jimena Gonik y Lucía Andrada. Además, se estrenará La patética, codirigida por Alejandra Radano y Fabián Luca.
En danza se presentarán Grub, dirigida por Ana Frenkel y codirección de Carolina Bora; El caso Rodrigo Arena, una experiencia en la que el creador reflexiona sobre el estado de la danza y también se podrá tomar contacto con una creación del Grupo de Experimentación de Artes del Movimiento (GEAM) de la UNA, cuya dirección artística está a cargo de Patricia Dorín y Sandra Reggiani.

Existe además una línea de residencias que se vienen realizando con la intención de que los artistas desarrollen procesos de búsqueda e investigación. Entre las propuestas que se programaron a lo largo del año podemos mencionar: Eco Shakespeare Lab, dirigido por Mónica Maffía; Ensueño, dirigido por Séverine Fontaine (Francia); Las jóvenes promesas, dirigido por Los Pipis; Creación de tecnologías aplicadas a las artes escénicas, con coordinación general de Guillermo Winnicki y coordinación artística de Joaquín Fargas; Suavecito para abajo, dirigido por Mariana Cumbi Bustinza; Sangre, dirigido por Pepe Márquez; y ¡Viva Che! La leyenda de Ernesto Guevara, de Miguel Lozupone y Matías Puricelli.
En el área audiovisual continuarán presentándose los ciclos Cine de Autor, El Cultural de Culto, Mecenazgo y Espacio Documental. Este año el Bafici tendrá su sede central en el Cultural San Martín, así como también el festival La Mujer y el Cine.
Entre lo más destacado de la producción musical volverá a programarse el histórico ciclo Jazzología y se presentarán diferentes muestras de reconocidos creadores dentro del ámbito de las artes plásticas.