Escarbar en las profundidades del alma humana
Por Eva Matarazzo
Los hermanos Karamazov, fue la última novela de Fiódor Dostoievski, en la que se enfrentan todos los aspectos del alma humana; el autor murió dos meses después de haberla terminado. En ella se plantean grandes dilemas morales y éticos, como la existencia de Dios, la justicia, el libre albedrío, la duda, el bien y el mal, la traición y el parricidio. La obra narra un drama familiar que muestra las complejas relaciones entre los miembros del clan Karamázov y de quienes los rodean, en el contexto de la Rusia del siglo XIX, camino hacia la modernización. Dostoievski trasunta especial preocupación por la verdad de la autoconciencia como valor humano, en diálogo con la personalidad –el “hombre en el hombre”.
La versión teatral de César Brie es sumamente interesante. El espíritu de Los Karamazov está vivo en cada escena representada. Su trabajo es una síntesis brillante que condensa lo esencial, evocando mediante algunas frases pasajes fundamentales de la novela, y fusionando algunos personajes. A su vez la polifonía de voces y opiniones que se expresa en la novela original a través de los pensamientos, está muy bien plasmada en la obra de Brie a través de la teatralidad y la representación; los actores entran y salen de los distintos personajes, exponiendo sus pensamientos y la manera en que ven al mundo.
Cuando el espectador ingresa a la sala, los intérpretes ya están allí, sobre un piso de tela, pintado por Giancarlo Gentilucci. El espectáculo se desarrolla sobre un espacio casi despojado por completo de objetos escenográficos: algunos vestidos y accesorios suspendidos en el aire (colgados sobre perchas que luego se transformarán en cruces), muñecos de niños, sogas gruesas (que sirven en un principio para delimitar el lugar) y bancos largos de madera (ubicados en en el umbral del escenario), donde permanecen los actores observando lo que acontece en la escena principal.
César Brie interpreta con maestría a los personajes de el padre (Fedor Karamazov), el monje y el capitán Snegirev; acompañado un un elenco de jóvenes talentosos, entre los que se encuentran Fernando Bender (Smerdjakov y Gregorio), Emiliano Dionisi (Alekjej Karamazov y polaco), Germán Fonzalida (Dimitri Karamazov, Perezvon y Nicolás), Iván Hochmann (Iván Karamazov), Gabriela Ledo (Brushenk´A y Sofía), Abril Piterbarg (Lise, Generala, Iljuscia y Marfa) y Florencia Michelewicz (Katerina, Adelaida, Raquel y Chochlakova). En todos ellos se destaca la plasticidad, el manejo de distintas técnicas y el resultado de un arduo trabajo en conjunto, en el que la excelencia queda a la vista.
La composición musical de Pablo Brie, aporta a través de bellas melodías, el clima necesario para realzar cada acontecimiento. Hay dos músicos en escena (Matías Wilson y Gabriel Quinia), y los actores también contribuyen ejecutando algunos instrumentos.
La interesante y precisa utilización de los objetos, la creatividad en los diferentes usos de un mismo elemento, la teatralidad y la poética de la imagen son también aspectos a resaltar del espectáculo.
Los muñecos -sin piernas-, que representan a los niños en la escena, aparecen ante el espectador con un carácter angelical. El desgarro del dolor infantil recorre la novela –y el espectáculo- y nos conduce al dolor de todas las guerras, a la injusticia y a la crueldad de los adultos que finalmente debe ser pagada por aquellos inocentes. Como afirma Brie los niños son los protagonistas ocultos de esta historia. La calamidad y el dolor, se rebelan así a partir de estos niños inocentes representados a través de muñecos, como objetos inermes sobre los que pesa el abuso. El mal aparece como el núcleo invasor de la existencia del hombre moderno, pero a su vez emergen pequeños pero importantes islotes de luminosidad, que en este caso estarían en los personajes de Alioscha Karamazov, Iliusha, Marckel y el grupo de niños que los rodea.
«Respóndeme con franqueza. Si los destinos de la humanidad estuviesen en tus manos y para hacer definitivamente feliz al hombre, para procurarle al fin la paz y la tranquilidad, fuese necesario torturar a un ser, a uno solo, a esa niña que se golpeaba el pecho con el puñito, a fin de fundar sobre sus lágrimas la felicidad futura, ¿te prestarías a ello?». Con este tipo de dilemas, la naturaleza humana se expone así de la manera más cruda y auténtica.
Una obra realmente conmovedora, que nos permite comprender a través de la belleza la oscuridad que nos recorre como seres humanos. Una puesta excelente, para disfrutar del mejor teatro y salir realmente movilizados como espectadores.
Ficha técnico artística
Dramaturgia: César Brie
Adaptación: Fêdor Dostoievski
Actúan: Fernando Bender, César Brie, Emiliano Dionisi, Germán Fonzalida, Iván Hochman, Gabriela Ledo, Florencia Michalewicz, Abril Piterbarg
Vestuario: Mia Fabbri, Giada Fornaciari
Escenografía: César Brie
Iluminación: César Brie, Sergio Taddei
Música original: Pablo Brie
Fotografía: Hernán Paulos
Prensa: Octavia Prensa
Productor asociado: Sergio Tisminetzky
Producción general: Fernando Rosen
Dirección: César Brie
Duración: 120 minutos
Clasificaciones: Teatro, Adultos
EL GALPÓN DE GUEVARA
Guevara 326 CABA
Teléfonos: 11-3908-9888
Web: http://www.galpondeguevara.com
Entrada: $ 400,00 – Sábado – 20:00 hs – Hasta el 28/11/2019