Una farsa sobre la moral abordada desde un lenguaje contemporáneo
Por Eva Matarazzo
“Las casas se desmayan porque el odio ha entrado; el país está ocupado y yo tengo miedo al futuro… Aunque en tiempos de guerra no hay lugar para la seducción, porque ya no se besa como antes… tal vez yo logre encenderlos, tal vez consiga la belleza incluso en el caos más oscuro, quién sabe”. Con este fragmento, que forma parte de la sinopsis, nos introducimos en el universo poético de La pelea de la carne, obra teatral con dramaturgia de Alejandro Genes Radawski, basada en la novela La seducción, de Witold Gombrowicz.
La historia que plantea Gombrowicz, se desarrolla en Polonia durante la Segunda Guerra Mundial. Fryderyk y Witold llegan a la casa de campo de su amigo Hipolit, quien oculta a un joven de la resistencia, desertor. En este ambiente de violencia y de guerra se produce un juego voyerista mezclado con la intriga criminal alrededor de dos asesinatos.
La versión de Genes Radawski, dirigida completamente desde Estonia de manera virtual, juega con la repetición de lo cotidiano en el marco de una historia cuyas escenas se van ramificando y parece no tener fin. De esta manera, en medio de un clima de farsa, todo se va enrareciendo, provocando una compleja red de sentidos en clave teatral. Asimismo, se observa cierta manipulación en el uso del tiempo como una forma de provocar al espectador.
En esta propuesta, lo experimental y el cruce de lenguajes se convierten en el eje central, fusionando lo teatral, lo cinematográfico (con la dirección de cámara en vivo), la música de Johann Sebastian Bach y las pinturas de Francisco Goya. Aparece también una tensión explícita entre las formas correctas e incorrectas de hacer teatro, aspecto que en la novela también se cuestiona en relación al ámbito literario y parodiando a la tradicional novela decimonónica y la fascinación que siente por el erotismo adolescente.
El elenco está conformado por las actrices Luján Burnout, Milagros Martino, Micky Gaudino, Paulina Aliaga y Sofía Almuina, que realizan varios personajes, transformándose velozmente con gran destreza interpretativa y transitando por una vorágine de escenas. Aparece además, un personaje que oficia de relator y especie de alter ego del autor y que rompe la cuarta pared hablándole directamente al público. Las actuaciones están en un registro extrañado, alejadas del realismo, y si bien el ritmo en el que se mueven, gesticulan y hablan los personajes es muy vertiginoso, hay momentos en los que todo se detiene como en una pose pictórica. Ocupa también un rol central la cámara, con los distintos encuadres que propone la mirada del director y que es manipulada meticulosamente en escena por Iara Portillo.
La estética general de la puesta y el diseño del vestuario son también elementos a destacar. Luces y sombras, blancos, negros y algo de rojo, pincelan un escenario fragmentado pero que al mismo tiempo se multiplica, al igual que las capas de sentido que conforman esta inmensa obra.
La pelea de la carne puede verse todos los viernes a las 22.30 hs en El Portón de Sánchez (Sánchez de Bustamante 1034. CABA).
Ficha artístico/técnica:
Actores: Luján Bournot, Milagros Martino, Micky Gaudino, Paulina Aliaga, Sofia Almuina
Fotografía: Gretel Amherdt