Enamorada del Tango | Por Néstor De Giobbi
“Suena un piano…la luz está sobrando…”
Así, como en el principio de aquel tango, la atmósfera de lupanar en la que el espectador es sumido al levantarse el telón da cuenta de los orígenes orilleros, socialmente condenables de la danza “nacida en el suburbio que hoy reina en todo el mundo”.
El tango, ese enigmático personaje que nos viene marcando el pulso ciudadano desde casi el origen mismo de la cultura rioplatense, encuentra esta vez en Ghidone (esta auténtica ciudadana de dos orillas), a uno de sus “Ángeles de la Guarda” que una vez más viene a redimirlo del ostracismo al que es empujado por las nuevas tendencias, para escucharlo decir “no te olvides de mi…”
Y bajo la forma de una sucesión de excelentes interpretaciones cantadas y bailadas, un sólido equipo encabezado por la actriz, cantante y bailarina atrapa desde el primer minuto a una platea sin edad cronológica, que encuentra en el 2×4 emoción, recuerdos, o simplemente la curiosidad iniciática de quien se asoma a ver “qué onda con esto…”
Pablo Valle en piano, Leonel Gasso en bandoneón y voz, Facundo Benavidez en contrabajo y Elizabeth Chistine en violín, emocionan (no hay otra expresión…) con sus interpretaciones desde un flanco del escenario, con pasajes de los autores y épocas más variadas del género. En sus notas vibran afiatadamente los grandes maestros, desde Mores hasta Piazzolla, y todos ellos con la misma intensidad y prestancia. Ellos solos ya reintegran el pago de una entrada.
Pero además están las voces de Esteban Riera, metiéndose al público en el bolsillo con su versión de “Balada para un loco” y enamorando con sus duetos junto a Inés Cuello, dueña de una voz literalmente aterciopelada que subyuga y transporta, y de Alejandra Perlusky, que estremece con su interpretación de “Moriré en Buenos Aires”, del inolvidable Horacio Ferrer.
Con la coreografía y particular lucimiento sobre el escenario de Leandro Gómez, acompañando a Ghidone y a Noche Samaniega en diversos temas, secundado por Ricardo Astrada y Nayhara Zeugtrager, se completa una paleta de colores de donde la la sensualidad y la nostalgia se funden en una pintura más que recomendable, en las tarde-noches de los viernes y sábados en el Teatro “Lola Membrives” de la Avda. Corrientes 1280. “La Cumparsita”, Tanguera” y “Libertango” constituyen altos momentos del espectáculo que sin perder su tono intimista, deslumbra con sus impactantes vestuario y puesta lumínica.
Como algún maestro lo definiera, el tango es eso: “Una mirada,…un encuentro,.. un abrazo… y un caminar elegante en compañía…”
Al fin y al cabo, solo eso…una historia de amor., en este caso entre un mujer y el tango…