Humor y ternura en un interesante contrapunto
Por Eva Matarazzo
La obra de Alicia Muñoz plantea un acercamiento aparentemente casual entre un hombre y una mujer mayores de 50 años. La plaza es un lugar de soledades, encuentros y desencuentros. Amalia y Miguel coinciden una tarde de sol. Él sacó a pasear a su perro y sus enfermedades. Ella en cambio lee un libro de autoayuda mientras escucha música con sus auriculares.Dos seres con personalidades antagónicas, pero con algo en común, la soledad.
Amalia (Coni Vera), es una mujer en eje, equilibrada, amante de la lectura y la música, enyoguizada, de mentalidad abierta, autosuficiente y divorciada. Miguel (Néstor de Giobbi), es en cambio un tipo de barrio, sencillo, bonachón, insistente, inseguro, un tanto hipocondríaco y viudo.
La obra se desarrolla en un tono de comedia, pero la emoción también se hace presente, y las cuestiones del corazón cobran un rol preponderante en este tet a tet. Con mínimos elementos, como un banco de plaza y el sonido ambiente del lugar, los actores nos introducen en esta historia y nos hacen partícipes de este encuentro íntimo y tierno, en el que se devela un amor silencioso.
El humor está muy bien trabajado desde lo más simple de las situaciones, y el vínculo que se genera en escena entre los protagonistas. Coni Vera y Néstor de Giobbi logran interesantes matices en sus interpretaciones y sus personajes están muy bien delineados desde el juego entre los opuestos.
Una propuesta para todo público, con una linda historia y con una actriz y un actor a la altura del texto y de los personajes.
Finalmente, en esta emotiva comedia romántica, el amor parece ser siempre posible, sólo habrá que saber negociar para poder llegar al otro y comprender sus diferencias.