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Por Néstor De Giobbi

Y un día… ¡el Príncipe regresó!

Como percibiendo la necesidad de magia latente en las calles, y aún estando bastante
lejos el espíritu navideño, Alberto Raimundo hace estallar en la calle Corrientes su
superproducción para Circus Entertainment Group, sin achicarse ante el pretensioso
desafío de darle una vuelta de tuerca (no declarada,…pero obvia) a la inmortal e
inolvidable historia de Antoine de Saint-Exupéry, “El principito”.

La propuesta sorprende y atrapa desde el primer segundo, en el que el espectador se
ve impelido a sumergirse en un código visual distinto de lo habitual. Personajes y
objetos volando, despliegue sonoro (con orquesta en vivo) y tecnología de la más
reciente generación, y una estética visual y lumínica apabullante (obra de un talento en
el diseño de video y dirección de arte, Maxi Vecco) completarían por si solos un combo
para ser considerado en la antología del Teatro Musical en Argentina.

Pero cuando a todo eso se le suma el carisma y calidad interpretativa de jóvenes
artistas, una Dirección y coreografías vibrantes e impecables, el resultado es
sencillamente memorable.

Fernando Dente (en un protagónico consagratorio que le permite lucirse como actor,
cantante y bailarín) interpreta a un periodista y escritor poco afortunado, en uno de
esos días donde los reveses le ganan a los sueños. Coincidentemente con su desazón
ante una puerta que se cierra, recibe el llamado de un antiguo amigo, (Nahuel Pennisi)
ahora radicado en la Patagonia, quien lo invita a visitarlo y conocer a su esposa (Laura
Esquivel) e hijo en camino. Pero en su trayecto por la soledad austral, se topa con un enigmático y celestial personaje, (“Principe”, encarnado por Franco Masini) que entre absurdos y desconciertos se ganará su intriga y luego su confianza, penetrando en lo más
profundo de su conciencia y su corazón. Y otro tanto le ocurrirá también a más
“bendecidos” por la gracia del encuentro, que descubrirán (merced a este preclaro niño), el verdadero sentido del “deber ser”.

La pareja interpretada por Pennisi (en su más que auspicioso debut teatral, cantando y
actuando) y Esquivel, inunda de dulzura el espacio, por su sola presencia. Por oposición, y balanceando los climas, el humor se mantiene suspendido en el aire a expensas de talentos indiscutidos del género, como Roberto Peloni (que interpreta tres personajes, a cual más disparatado y “border”, alcanzando el clímax con su “agente turística”), acompañado por Karina Hernández, sacándole el jugo a dos personajes de esos que el público agradece.

Sería injusto no dedicar un párrafo a cada uno de los jóvenes que completan el elenco,
así como a los músicos que hacen que todo fluya sobre una alfombra voladora
intangible. El más justiciero homenaje a su trabajo es ir a verlos, escucharlos… y
aplaudirlos!.

En suma, con una historia intimista, casi “mínima”, talentos a veces injustamente desconocidos para el gran público, pero enormemente potentes, y un despliegue
técnico deslumbrante (nunca mejor empleado este término…), “Regreso en Patagonia”
se instala en un sitial en el que está llamada a permanecer largamente, así como en la
memoria y en la emoción de quienes la vimos.
Cuando algo “está bien”,… es esencial. Y no es invisible a los ojos.

Ficha técnico artística:

Idea original: Rodrigo Durini (sobre el libro El regreso del joven príncipe, de
Alejandro G. Roemmers).
Libro y letras: Gastón Cerana y Alejandro G. Roemmers.
Música original: Nazareno Andorno.
Dirección general: Sebastián Irigo.
Actúan: Fernando Dente, Franco Masini, Nahuel Pennisi, Laura Esquivel, Cande
Molfese, Iñaki Aldao, Karina Hernández, Roberto Peloni, orquesta en vivo y
elenco
Arreglos y dirección musical: Javier López del Carril
Dirección vocal: Eugenia Gil Rodríguez
Coreografía: Vanesa García Millán
Escenografía: René Diviú
Iluminación: Gaspar Potocnik
Vestuario: Gabriela Pietranera
Diseño de video escénico y dirección de arte: Maxi Vecco

DÍAS Y HORARIOS
JUEVES A SÁBADOS 20.30 HORAS
DOMINGOS 19.30 HORAS
TEATRO METROPOLITAN SURA
Avenida Corrientes 1343.