“La mujer que al amor no se asoma…”

Por Néstor De Giobbi

Cuando pareciera que el verano porteño apagó todas las teclas de la ciudad…despejó las calles de su febril trajinar laboral y puso en “Pausa” el frenesí de bancos, oficinas y carteleras (mudadas a Mar del Plata, Carlos Paz u otras..), el Teatro Broadway le hace un guiño cómplice a su vecino el obelisco mientras le dice por lo bajo…”Mirá lo que les tenía preparado a los que se quedaron…”

“Únicas (Puertas al Amor)”, es un Show Musical en su más refinada expresión de trabajo dedicado junto a talento técnico y artístico, en el cual Sandra Mihanovich, Valeria Archimó, Anita Martínez, Lourdes Sánchez y Cecilia Figaredo se unen en un escenario para deplegar todo su potencial en un espectáculo de nivel infrecuente.

¿Quién sabe qué hay detrás de una puerta al amor? El abrir o no cada una de ellas es una elección y esa elección puede ser tan peligrosa como un juego de azar. Pero…como dice la letra de aquel viejo bolero del título…”la mujer que al amor no se asoma… no merece llamarse mujer..”,  y entonces, estas cinco referentes del canto, la danza, la actuación y el humor se abocan a contar historias que atraviesan los sentidos y nos identifican a todos, en un espectáculo musical para el deleite.

En Únicas cada momento es un placer. El placer de ver un trabajo bien hecho. Cada coreografía tiene un sentido estético y narrativo destacable, aparte de una ejecución sin fisuras, pleno de técnica, virtuosismo y (según la ocasión así lo demande) humor o dramatismo… romanticismo o violencia. Cada una de ellas plasma con claridad una situación, cuenta una historia, en la cual los trucos acrobáticos (que cortan el aliento) están justificados y medidos. Cada una con su estilo, (Figaredo, con el preciosismo de la danza clásica… subyugante, Archimó, pura fibra y garra, y Sánchez, toda energía y vitalidad), estas personalidades de la danza se disputan y reparten los aplausos.

Anita Martínez (aparte de su rol como autora y directora actoral, compartiendo la dirección general del espectáculo con Archimó) lleva el hilo del relato desde su rol de descontracturada bastonera, recordándonos la brillantez de sus juegos coreográficos en tono de clown que tan bien maneja (recordar su paso por el “Bailando por un Sueño”, junto al “Bicho” Gomez) y descollando en sus monólogos, demostrando una vez más que el lugar del Capocómico no tiene género.

Un cuerpo de baile excelso, vibrante, comprometido, que puede actuar apuntalando a las protagonistas, asociado a un despliegue lumínico, sonoro y escenográfico multimedia, hacen que los cerca de 80 minutos del espectáculo dejen con ganas de más…

Y claro… para el final de este comentario, la frutilla del postre: La presencia, la voz, el carisma y el magnetismo personal de la inmensa Sandra Mihanovich, que además de emocionar y conmover con sus legendarios clásicos, (en versiones con arreglos tan aggiornados como atractivos) reflota su faceta actoral, permitiendo que las nuevas generaciones descubran en ella esa arista de su talento que, los que tenemos algunos años más, recordamos de exitosos ciclos de televisión y algunas importantes películas.

En suma, una fiesta, que por cuestiones de programación durará unas pocas semanas. Una perlita en este verano porteño, que merece la mejor respuesta de público.

 

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